¡El gimnasio! Pocas cosas hay que sepamos que nos son tan
útiles para encontrarnos bien y llevar un estilo de vida saludable en este
mundo moderno tan sedentario, y también, ¿por qué no? vernos más atractivos. Y
sin embargo… ¡cuesta tanto ir!
Es un tema recurrente, tanto que los gimnasios ya cuentan
con ello: cobran matrícula y te ponen facilidades para pagar un año por
adelantado porque ya cuentan con que mucha gente va a dejar de ir. Yo lo veo
cada día: en mi gimnasio hay un grupo de gente que estamos allí nieve o truene
y ya nos conocemos todos, y luego hay un desfile de gente que pasa por allí
varias semanas y luego ya no los ves más.
Para ser constante con el gimnasio hace falta algo más que
una ráfaga de fuerza de voluntad: hay que llevar una disciplina sostenida en el
tiempo. No siempre es fácil, y por eso en este artículo quiero compartir con
vosotros todas las técnicas y trucos que me han ayudado a mantener la
motivación para ir al gimnasio durante mucho tiempo.
Desarrolla el Hábito
Siempre es más fácil mantener la inercia que cambiarla, al
principio es más difícil ir al gimnasio, pero ya pasado un tiempo te encuentras
raro si no vas. Desarrollar un hábito es todo un proceso en sí mismo que
veremos en más detalle, pero en mi experiencia para desarrollar el hábito
específico de ir al gimnasio hay un elemento clave : ir.
Preséntate Allí
La mitad del esfuerzo es hacer acto de presencia. ¿No te ha
pasado que alguna vez has ido al gimnasio (o a alguna otra actividad) sin tener
muchas ganas y cuando has llegado te has puesto la ropa de deporte, has visto a
la gente ya haciendo ejercicio, y te has motivado más? Sólo por el hecho de ir
ya tienes la mitad de la motivación ganada, y la mitad del hábito creado.
Preparación Previa
En casi cualquier actividad, una buena preparación nos ayuda
a sistematizar el proceso y evitar el cancelar a última hora.
Determina antes de nada cuándo vas a ir al gimnasio: cuántas
veces por semana y en qué horario. Acerca de ir mucho: no siempre es mejor ir
más. Yo voy 2-3 veces por semana y es más que suficiente para notar progresos
considerables (hago ejercicio paleo funcional a través el sistema del “Cuerpo
de 4 horas” de Tim Ferris), ir más no me haría progresar más rápido, de hecho
sería contraproducente ya que no le daría tiempo al cuerpo de descansar y
recuperarse.
Elige en qué horario vas a ir al gimnasio: cada uno tiene
sus pros y sus contras. Básicamente si trabajas en un horario normal de oficina
tienes tres opciones para ir al gimnasio: a primera hora de la mañana, a la
hora de comer, y por la tarde.
Para cada uno de ellos tendrás unas dificultades de
motivación distintas, veamos estas tres alternativas:
* A primera hora de la mañana llegas al gimnasio más fresco
y descansado, y te pone las pilas para el resto del día. La desventaja es que
te tienes que levantar más temprano, cosa para la que no siempre tenemos la
suficiente motivación. Si trasnochamos, aunque sea un poco, el día anterior,
seguramente nos saltaremos el gimnasio.
* A la hora de comer tiene la ventaja de que no te pegas el
madrugón ni estás tan cansado como al salir del trabajo , las desventajas son
que tienes menos tiempo para hacer tu sesión (aunque si haces ejercicio paleo
funcional no necesitas tampoco sesiones muy largas), y que normalmente apetece
más irse a comer con los compañeros que ir al gimnasio; por otro lado tienes
que encontrar un hueco aparte para picar algo, si no estarás muerto de hambre.
* Por la tarde tiene la ventaja de que ya hemos terminado
nuestra jornada laboral y podemos concentrarnos en hacer otras actividades. Las
desventajas suelen ser: que dependiendo de tu empleo, es posible que no siempre
salgas a la hora a la que deberías salir, si te toca hacer horas extras es más
fácil que te saltes el gimnasio; también estarás más cansado con lo que tendrás
más ganas de irte a casa a descansar; y puede que tengas otras cosas
importantes que hacer por la tarde, que releguen el gimnasio a un segundo
plano.
No tengas problema en cambiar tu horario si estás más
motivado a otras horas. Por ejemplo yo antes intentaba ir por las mañanas y me
costaba mucho esfuerzo porque me gusta trasnochar. Ahora voy al mediodía y me
cuesta mucha menos fuerza de voluntad porque pienso que en lugar de echar una
hora y media en comer en un restaurante, aprovecho mucho mejor el tiempo
picando algo rápido y yendo al gimnasio.
Plan B: es útil tener un plan alternativo por si por alguna
razón no puedes ir al gimnasio cuando estaba previsto: puede ser salir a
correr, a montar en bici, a patinar, hacer ejercicio en casa, etc.
Prepara el material del gimnasio con antelación: si tienes
que preparar la bolsa del gimnasio por la mañana cuando vas con prisas para ir
a trabajar, al final la mitad de los días no lo harás o se te olvidarán cosas.
Una opción es preparar el material del gimnasio la noche antes. En mi caso
utilizo una bolsa grande que preparo tranquilamente el fin de semana con todo
el material para una semana de gimnasio (2-3 sesiones) y luego la dejo en el
maletero del coche y ya no me preocupo más.
Visualizaciones
La visualización es una técnica muy útil para motivarnos a
conseguir nuestros objetivos. Consiste simplemente en hacernos una imagen
mental de nuestro objetivo ya conseguido.
Para el caso del gimnasio lo que haremos será imaginarnos
cómo nos veremos una vez que hayamos conseguido nuestro objetivo en el
gimnasio, bien sea bajar de peso, bien desarrollar tono muscular.
Si para ti no es fácil visualizar cómo estarás cuando hayas
logrado tus objetivos de forma física, aquí tienes un par de trucos:
Otra técnica es visualizar un feedback positivo. Si ya
llevas un tiempo yendo al gimnasio y has mejorado tu forma física, es posible
que otras personas te hayan hecho algún comentario positivo, en plan “estás más
delgada”, “te veo más fuerte”, “se nota que vas al gimnasio”. A mí me gusta
traerme a la memoria los recuerdos de estos momentos, porque tú te ves todos
los días y a lo mejor te parece que no progresas, pero otras personas que te
ven menos a menudo van a notar más los cambios. Recordando estos momentos
adquieres una sensación de progreso que te motiva a seguir esforzándote.
Música motivadora
Mucha gente se pone su propia música en el gimnasio. A cada
uno le gusta más una música u otra, aunque en general la genérica de los
gimnasios no suele ser especialmente motivadora por lo que nos llevamos en
nuestro MP3 la música que de verdad nos pone las pilas. Yo escucho Heavy Metal
(¡nada como levantar pesas con la fuerza de los power chords!), en tu caso será
otra música distinta, pero seguramente la tendrás asociada en tu mente al
gimnasio (lo que en PNL llamamos anclaje).
Si estás en ese punto en que flaqueas justo antes de ir,
ponte esta música. Te traerá recuerdos y sensaciones de estar entrenando y te
entrarán más ganas de ir.
Esos son algunos trucos que sirven para que aumentes tu motivacion y puedas tener el cuerpo que siempre soñaste.
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